Los días 4 y 5 de enero asistí al Tenderete, un Festival de autoedición gráfica y sonora celebrado en València. Resumiendo muchísimo se podría decir que es un mercadillo de fanzineros, ilustradores y diseñadores gráficos con algunas actuaciones de música en directo.
Este festival me venía como anillo al dedo para esta nueva etapa en la que estoy repensando mi postura respecto a las artes, así en general. Estas son las impresiones que me he llevado a casa y que resumo brevemente:
Mi material no gusta mucho, aunque la tasa de conversión no es del todo mala. Mi mesa era bastante minimalista en cuanto a colores, objetos y sensaciones.
La línea de lo que exponía allí y cómo lo presenté me gustó bastante. Creo en ella. Sí, el minimalismo. La reducción de estímulos y sensaciones es algo que ahora mismo me interesa bastante. La idea es que esos estímulos trabajen en el background, de forma sutil.
Voy a seguir en la línea de seguir destruyendo y ver qué se puede hacer con los pedazos. Estoy muy satisfecho con esta nueva etapa en la que más que estar haciendo cosas “bonitas” lo que estoy haciendo es todo lo contrario. Estoy abrazando la “experimentación porque me da la puta gana”. Ya me he cargado mi cuenta de Instagram y el botón de eliminar Facebook está a punto de caramelo.
La lámina de “Banksy Hijo de Puta” le hizo gracia a unos pocos. No estoy solo en el mundo.
Otra impresión que me llevé del Tenderete es que por momentos me daba la impresión de estar en un mercado donde se vendían cosa innecesarias. Un mercado alternativo, sí, pero que juega con las mismas reglas del consumismo extremo de toda la vida. Me dio la impresión de no ser más que un producto de consumo de usar y tirar. No había espacio para la calma, la reflexión… aunque entiendo que es normal… había muchos puestos y no había tiempo para todo.
De vez en cuando me da por reflexionar sobre la inutilidad del arte y siempre acabo pensando que la naturaleza es lo único infalible. Nunca engaña. Siempre es transparente.
Las impresiones del Tenderete han sido muy positivas aunque sigo sin descartar dejarlo todo y hacerme agricultor o jardinero.
